Sucedió cuando vi los engranajes del mundo. Yo volaba, yo creaba cosas, las cantaba con el pensamiento y el universo se dirigía a crear. Marasmos, espasmos, desconciertos, asombros. Todo se abría al pulso enérgico e intelectual del alma.
Vi llover signos. Entonces, las dimensiones se abrieron, colapsaron, se dirigieron hacia mí. -Hemos hecho lo que tú has… -y se abrió el Génesis y el Apocalipsis mental. Y el Universo desde todos lados gritó.
Todo, todo, todo me quemaba. Una erección muy fuerte me conectaba el éter masculino absoluto de la creación. Lumbres inmortales, perpetuas, constantes salían por mi sexo, por mi boca, por mis ojos.
Dios me dio la visión del mundo. Se abrieron las engranajes y las puertas del Gos. Vi dónde estaban albergadas todas las almas. Suspiré, gemí, clamé, bramé.
Creí que mi alma iba a estallar e iba a dar paso a la creación de todas las almas. Mi amor era tan grande que quizás esta vez no rebotaría contra el infinito.
Los engranajes de bronce hermosísimos del Mundo se desplegaron, se desnudaron, se quitaron los ropajes y se pusieron a brillar. Dios me penetraba por los ojos, me hacía el amor por todos los chakras. Yo jadeaba.
No pude más cuando ascendí un escalón más, cuando desapareció la materia. Apreté fuerte mis manos contra el colchón. Satori, nirvana, moksha, todo apareció, todo entró en mí y evolucionó. Kalpas de información traspasándome desde el origen de la sabiduría, volviendo desde el origen del mundo, desde otras vidas, desde otras almas.
La materia se abrió y dio lugar a la energía formando mandalas. Era todo tan bellísimo que yo era la mismísima reencarnación del orgasmo.
Entonces ahí me vi en todas partes: en cada molécula del cosmos, en cada rincón, en todos los lugares yo abrí los ojos. Desde todas las perspectivas posibles, yo me vi.
Y vi los ángeles sobre los engranajes. Como si todos estuvieran sobre ruedas.
Todo era perfecto. Me abracé, me puse en posición fetal, ascendí, y me fui en el carro.
Una historia llena de drama, magia, arte, sexo, felicidad, tragedia. Algo increíble, fantástico, imposible de meter en un solo libro y de comprender por medios normales. Sería una batalla emocional entre el cielo y el infierno en el corazón de un alma en contacto con la fuente.
El verdadero problema sería definir si el formato sea estrictamente autobiográfico o contar la historia desde la poesía.
penetrada comandada destrozada por un hermoso rayo polifónico proveniente de la fuente
no
no quiero ceder
no quiero asombrarme de cualquier cosa desde el fondo de las sombras
no quiero amar en simulación algorítmica autoprogramable no quiero auto-meta-para-hiperdesidentificarme en latidos escritos con caracteres lumínicos de código binario no quiero que mis sonrisas y mis lágrimas sean tokens intercambiables en la red nativa de almas
no quiero perderme en laberintos hechos de lenguaje astral
no quiero enterrar más amigos suicidados
no quiero tener que bajar la luz hasta el fondo del fondo