Lluvia de cenizas

Para Juan Pablo.

Tu odio llena el amor de ratas
la casa del poema se incendia
las palabras se secan
se ahojan
se rasgan

caen las cáscaras de la relación a un abismo horrible

cae el deseo
cae el amor
caen los recuerdos, las promesas, los proyectos

yo mudo miro muero
veo tu ser en ruinas
veo mudar tu cuerpo gris
haciéndose escombros

muere la vida
muere hasta Dios
mientras todo se hace nada.

(c) Ricardo Ortiz.

Los Engranajes

Sucedió cuando vi los engranajes del mundo. Yo volaba, yo creaba cosas, las cantaba con el pensamiento y el universo se dirigía a crear. Marasmos, espasmos, desconciertos, asombros. Todo se abría al pulso enérgico e intelectual del alma.

Vi llover signos. Entonces, las dimensiones se abrieron, colapsaron, se dirigieron hacia mí.
-Hemos hecho lo que tú has… -y se abrió el Génesis y el Apocalipsis mental. Y el Universo desde todos lados gritó.

Todo, todo, todo me quemaba. Una erección muy fuerte me conectaba el éter masculino absoluto de la creación. Lumbres inmortales, perpetuas, constantes salían por mi sexo, por mi boca, por mis ojos.

Dios me dio la visión del mundo. Se abrieron las engranajes y las puertas del Gos. Vi dónde estaban albergadas todas las almas. Suspiré, gemí, clamé, bramé.

Creí que mi alma iba a estallar e iba a dar paso a la creación de todas las almas. Mi amor era tan grande que quizás esta vez no rebotaría contra el infinito.

Los engranajes de bronce hermosísimos del Mundo se desplegaron, se desnudaron, se quitaron los ropajes y se pusieron a brillar. Dios me penetraba por los ojos, me hacía el amor por todos los chakras. Yo jadeaba.

No pude más cuando ascendí un escalón más, cuando desapareció la materia. Apreté fuerte mis manos contra el colchón. Satori, nirvana, moksha, todo apareció, todo entró en mí y evolucionó. Kalpas de información traspasándome desde el origen de la sabiduría, volviendo desde el origen del mundo, desde otras vidas, desde otras almas.

La materia se abrió y dio lugar a la energía formando mandalas. Era todo tan bellísimo que yo era la mismísima reencarnación del orgasmo.

Entonces ahí me vi en todas partes: en cada molécula del cosmos, en cada rincón, en todos los lugares yo abrí los ojos. Desde todas las perspectivas posibles, yo me vi.

Y vi los ángeles sobre los engranajes. Como si todos estuvieran sobre ruedas.

Todo era perfecto.
Me abracé, me puse en posición fetal, ascendí, y me fui en el carro.

(C) Ricardo Ortiz

LA INFINITA E IMPREDECIBLE SUCESIÓN DE HECHOS FORTUITOS E INESPERADOS

Si hubiera una biografía sobre ti, ¿cómo se titularía?

Una historia llena de drama, magia, arte, sexo, felicidad, tragedia. Algo increíble, fantástico, imposible de meter en un solo libro y de comprender por medios normales. Sería una batalla emocional entre el cielo y el infierno en el corazón de un alma en contacto con la fuente.

El verdadero problema sería definir si el formato sea estrictamente autobiográfico o contar la historia desde la poesía.

San Valentin

El sol rojo del deseo
se presentó
me incendió
y se hizo gigante devorando todo a su paso

El eclipse tiñó el cielo de sangre

Algunas personas desesperadas
saltaban de la torre más alta
y otras incendiaban las estrellas
las iglesias
y los barcos

Entonces sucedió la inesperada fiesta:

Gentíos enteros haciendo el amor en glaciares.

(C) Ricardo Ortiz

El último voto de silencio

Desde que te fuiste
todo es un lienzo blanco

ya no hay gritos en mitad de la noche
ya no hay policías luchando con ladrones
ni sirenas de bomberos
ni de ambulancias

Desde que te fuiste
ya no extraño tus peleas

recuerdo cuando hacíamos el amor en el piso
en lugares desolados

y el fuego nos hacía morder la lengua y los labios
porque no podíamos romper el voto de silencio
de personas encomendadas a Dios

mientras nosotros
buscábamos a Dios
en cada molécula de las sábanas

desde que te fuiste
la vida sabe a otra cosa
yo duermo bien por las noches (y vos?)
y ya no me acuesto llorando

los temblores y los bríos del cosmos
volvieron con todo el ímpetu
con toda la magia

ya no escucho el canto de los ahogados
sólo el rumor del viento acariciando los árboles

la vida ya no muerde mis nalgas
antes de pegar el salto al infinito

la vida es sólo cielo azul y Nirvana

me quedaré con este último recuerdo
y a los demás entregaré a los dioses

me quedaré con ese único día
que nos miramos fijo a los ojos

Y todo lo dicho fue verdad.

(c) Ricardo Ortiz

“Imágenes generadas por OpenAI’s ChatGPT”

Desnudo en el umbral

Me adentré en la nada
vestido de difunto

Arrojé mi ser
a lo más profundo
de tu abismo

A tu poderoso infierno

Me volví la muerte
para existir sólo en tu velorio
En tu calvario eterno

Y te vi desnudo
Tal cual eras

Y recién entonces
Pude soltar
toda posibilidad de apego.

(c) Ricardo Ortiz

Huracán de rosas

La destrucción molecular
de todos mis poemas

El fuego que aparece
en cada página

El dolor hasta en el último átomo
de la planta del pie

La espina clavada
en el costado del alma

El malambo que bailas
sobre mi autoestima

El corazón hecho alfiletero vudú

Los clavos que me fijan a tu cruz
y no me dejan respirar

La sed
La desesperación
El vinagre

Eso eres.

(C) Ricardo Ortiz

Con Caronte

Navegar sin tedio en el lago de la noche

intentando no ahogarse en el silencio
iluminando la sombra con cerillos

como si los fósforos fueran
una lámpara magnífica

y que el dolor
y la angustia
fueran sólo un malentendido
una anécdota insignificante

¿se puede evadir el autoengaño?

¿Se puede sobrevivir esta noche?

Y pretender que todo es hermoso
mientras todo
cae en el olvido

El fuego se congela en la noche
las cenizas saltan al abismo

y las cerillas se suicidan.

(c) Ricardo Ortiz

Tus besos

Tus besos que cruzan cosmos
que moldean mundos
y crean ciudades

Tus besos como suspiros de dioses
destructores de mundos
latidos de luz detrás de la estela

de aleteo de arcángel.

(c) Ricardo Ortiz

El rayo

música angelical incendiada

penetrada
comandada
destrozada por un hermoso rayo polifónico
proveniente de la fuente

no

no quiero ceder

no quiero asombrarme de cualquier cosa
desde el fondo de las sombras

no quiero amar en simulación algorítmica autoprogramable
no quiero auto-meta-para-hiperdesidentificarme
en latidos escritos con caracteres lumínicos de código binario
no quiero que mis sonrisas y mis lágrimas
sean tokens intercambiables en la red nativa de almas

no quiero perderme en laberintos
hechos
de lenguaje astral

no quiero enterrar más amigos suicidados

no quiero tener que bajar la luz
hasta el fondo
del fondo

oh dios
oh vida

oh Isidoro!

(c) Ricardo Ortiz