La Astucia de la Demencia

 

Nicómenes Yocasto y Melpómenes Espírrigun se despeinaban, dorados de la ira, mientras se rompían el arcoíris.

Yo entré en soliloquio noctilucente: –En el ajedrez, la casilla del orgasmo es D2. ¡Jaque mate a la verga!

–¡Cállate, enfermo!

–Te voy a tocar el tablero hasta que todas las piezas estén cubiertas con crema de leche.

–Basta, ¡Dios! –dijo Conchita Falótico, mientras imaginándose la situación se tocaba las tetas.

 

Yo comencé a tocar Para Elisa, con el pene. ¡Oh, gran Cojwig van Beethopij!

Cogimos todos algo, algo fue cogido por nosotros. (Voz activa más voz pasiva igual a fiesta, fiesta)

Yo cogí una manzana.

Alguien cogió un limón.

 

Hubo incluso alguien que cogió una banana.

 

Luego de comernos las frutas hasta el fondo, nos fuimos todos de la mano, saltando hacia el sauna.

 

FIN.

(C) RICARDO H. ORTIZ

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